viernes, 1 de octubre de 2010

Conclusión: ¡Conservación!

Si la desaparición del eco sistema continua al ritmo que lo ha hecho en estos últimos años, en 2050 habrá desaparecido 7 millones y medio de kilómetros cuadrados de zonas naturales. Esto supone una superficie igual a la de toda Australia. Cientos de especies animales y vegetales se habrán extinguido para siempre. Pero además de los desastrosos efectos ecológicos, esta desaparición tendrá además un enorme impacto en las economías de todo el mundo. La causa principal de estos estragos sin precedentes, es la sobreexplotación de los recursos naturales por la mano del hombre. Parece como si en muchos lugares se tuviera la idea de que la conservación de la naturaleza va contra el desarrollo económico, pero, ¿es este el caso?

Estamos en una zona de bosques del noreste de los Estados Unidos. Las águilas calvas son ejemplares de una especie en grave peligro de extinción, a causa de la aparición del hombre en sus hábitats naturales, las águilas estuvieron a punto de desaparecer en los años 50. Pero recientemente han podido volver a su habitad natural, gracias a un inopinado aliado, la ciudad de Nueva York y sus nueve millones de habitantes. Resulta que ambos tienen un interés común, el agua limpia, en esta ciudad, una de las más densamente pobladas del planeta, se consumen cinco mil millones litros de agua al día con una característica, entre sus fuentes naturales y los grifos de las casas de Nueva York, el agua no tiene que filtrarse. Esta agua es tan pura porque la ciudad de Nueva York decidió proteger los parajes naturales en torno a los lagos, que constituyen un enorme sistema de purificación. Uno de los grandes contenedores naturales de esta agua queda a 200km del norte de Manhattan.

Tara Collins, la directora de comunicaciones del consejo de Agricultura de Watersield nos explica el origen de esta agua: 'Todo esta agua llega aquí desde las cimas de las montañas por corrientes y gargantas, hasta llegar al sistema de envases, de donde se conduce a la ciudad por canales subterráneos. Se calcula que esta solución ecológica le cuesta a la ciudad ocho veces menos que le habría costado mantener un sistema de filtrado industrial.'

Kathryn García, asistente del Comisionado del Departamento de Protección Ambiental dice que han llegado a la conclusión de que 'una planta de filtrado del agua nos costaría entre 6 y 10 mil millones de dólares. Hasta hoy nos hemos gastado mil quinientos en nuestro programa de protección del medio ambiental del norte del estado. A la larga, esto será muchísimos menos de lo que hemos tenido que desembolsar para poner la planta del filtrado, más luego lo que tendría que pagar para los productos químicos y la electricidad necesarios.'

Volviendo a Europa, la población de Paris consume al día quinientos sesenta millones de litros de agua potable. La mitad de esta agua procede de fuentes naturales a unos 100 kilómetros al sur de la ciudad. Como sucede en Nueva York y en varias grandes ciudades españolas, el agua filtrada resulta mucho más económica que la que debe tratarse en plantas de filtrado para el agua potable. El problema en París es que las actividades agrícolas en la región han provocado un nivel preocupante de contaminación del suelo. En un intento por atajar el problema, la ciudad de París ha decidido promover la agricultura rural.

'Nuestro objetivo en largo plazo es hacer innecesario el tratamiento de las aguas para eliminar pesticidas. Queremos que las aguas sean potables desde la fuente, sin nitratos ni pesticidas. La estrategia de la prevención no solo es sostenible, sino que a la larga es más barata.', dice Anne Pruvot, Ingeniera de Aguas de París.

La conclusión de estos y otros casos de estudio es que cuando se tome en cuenta el valor de los ecosistemas, su conservación resulta no solo deseable para nuestra calidad de vida, sino una inversión inteligente.


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