viernes, 1 de octubre de 2010

Dean Village y Stockbridge y sus historias

Los ríos unen a los pueblos y también lo hace el desarrollo industrial. Dean Village y Stockbridge eran dos localidades separadas. Hoy forman parte de la encantadora zona residencial del norte de Edimburgo aunque mantienen sus personalidades diferenciadas.

 

La encantadora zona residencial del norte de Edimburgo|Foto:telecinco.es

Su historia es un ejemplo de cómo el mismo paisaje es visto con ojos completamente distintos por las generaciones que pueden recrear su historia. En la edad media el Dean Village se aprovechó de su corriente y no menos de ocho molinos trabajaban a ambos lados de ella. El pueblo prosperó mientras los molinos eran útiles, y cayó en la mayor pobreza con la Revolución Industrial.

Durante décadas Dean Village fue un sinónimo de miseria hasta que en los años setenta fue redescubierta. El aislamiento del pueblo y su evocador aspecto arcaico hicieron que sus casas fueron reinventadas como zona residencial de Edimburgo. El puente de Dean fue construido a comienzos del siglo XIX para permitir la prosperidad para la zona norte de Edimburgo.

Cuando llegaron las crisis el puente se convirtió en el lugar donde dijeron adiós a sus miserias un buen número de desesperados. Los arquitectos modificaron al puente para impedir este uso no planificado y luego la vida cambió. Y las casas volvieron a llenarse de familias con niños que decoraron estas antiguas residencias obreras al gusto de la nueva burguesía del siglo XXI.

Stockbridge es desde los setenta el barrio favorito de los artistas. En Edimburgo los hay de todo tipo que se pueda imaginar. La cantante Niko, musa de la Velvet Underground, puso de moda al barrio como lugar natural de la bohemia escocesa. Sus tiendas son famosas por la variedad de estilos y por sus estrafalarios horarios. Es un barrio de tiendas para no ir de tiendas.

El visitante está invitado a perderse por estas calles con la esperanza de que algún comercio se encuentre abierto en algún momento del día. Pero si eso no ocurre, la promesa es que la visita habrá valido la pena de todas formas.


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