viernes, 1 de octubre de 2010

Saltaire, patrimonio cultural y lugar inspirante

El primer lugar insólito que visitaremos hoy es también uno de los primeros experimentos con los que se intenta mejorar radicalmente la vida de los obreros reducidos a proletarios en la época victoriana.

 

Saltaire, patrimonio cultural y lugar inspirante|Foto:telecinco.es

Todo comenzó con el señor, como saben, sir Titus Salt. Ese señor vivía en Bradford y se dedicaba a la industria de la lana. Esto estaba en los muebles porque alguien lo había dejado allí. Sir Titus no sabía qué era aquello y cuando preguntó le contestaron que era un tejido de Sudamérica llamado lana de alpaca.

Lo cogió y se lo llevó a su fábrica en Bradford. A la gente le gustó y él trabajó y trabajó en ello y al final obtuvo un paño que no se había visto antes. Era perfecto. Y esto sí es importante. Había trabado ya amistad con el príncipe Alberto, el esposo de la reina Victoria.

En 1853 Salt se llevó sus molinos, sus fábricas textiles y sus obreros desde el paupérrimo Bradford a una confluencia de ríos un poco más al norte. Con la ayuda de unos arquitectos, Salt diseñó todo un microcosmos para sus trabajadores y su industria. Él le regaló a la reina uno de sus primeros tejidos fabricados. La reina lo llevó y después lo llevó todo el imperio británico. Entonces Titus Salt se hizo con una fortuna más allá de la imaginación.

Eran casas no solo dignas, que ya era un cambio, sino incluso armoniosas y tenia centros sociales, iglesia, un hospital y un gimnasio. Pero no tenía pubs ni tabernas ni nada que les distrajera de su trabajo o de su cultivo espiritual.

Saltaire fue uno de los precursores de las comunidades utópicas del capitalismo puritano anglosajón. Situado entre Fourier y Walt Disney Titus Salt consiguió un espacio donde todo podía ser bello, ordenado y eficaz, si sus residentes solo se ocupaban de su trabajo y de su familia y dejaban a la urbanización a un poder más alto.

El señor tenia sus reglas para todo. Decidía cuándo se podía hacer la colada y no se podía tener a los animales de todo el pueblo. También decidía que todos los vecinos tenían que estar felices todo el día.

Pero comparado con la sociedad y la miseria de Bradford y el penoso comportamiento de la gente de Bradford, allí la gente no tenia otra cosa que hacer aparte de emborracharse. Vivian en condiciones miserables, sin tener vida familiar. Él levantó una verdadera comunidad donde se podía tener vida de familia.

Creo que se puede comprender por qué Titus estaba totalmente en contra de que se pudiera tener alcohol en el pueblo. No dejó que se abrieran pubs ingleses en el pueblo. Es fácil de comprender. Y, además, solo tienes que caminar dos minutos carretera arriba para llegar al otro pueblo.

Saltaire no fue sólo un sueño. Durante décadas funcionó eficazmente como el pueblo obrero que era. De esta ciudad han salido políticos industriales aunque los artistas insisten en nacer en la vecina Bradford. Paradójicamente la ciudad se hundió como resultado casual de la revolución rusa. Pero aunque haya perdido el sentido como ciudad obrera, sigue siendo como patrimonio de la humanidad un lugar inspirante.


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